miércoles, 5 de marzo de 2014

Eterno capitán:


Tras varios días de especulaciones sobre tu futuro ayer nos confirmaste lo que ningún culé quería escuchar, que dejas de ser jugador del Barça, sé que aún nos quedan unos meses para seguir disfrutando contigo, pero se hace duro y triste un futuro sin ti, sin verte lucir el traje, que como bien dijiste, es el que mejor te sienta, con el escudo del Barça en el corazón, ese corazón que siempre ha defendido los colores que muchos amamos y que también se ha preocupado de cosas ajenas al futbol, como ayudar a quien lo necesitaba sin hacer publicidad de ello.

Tengo 29 años, he crecido contigo, a cada partido. Los mejores momentos de mi vida los he pasado frente a un televisor viéndote jugar, ya que la distancia entre Granada y Barcelona hacía imposible cumplir el sueño de ir al Camp Nou a disfrutar de cada encuentro.

Has llegado a formar parte de mucha gente, algunos hemos llegado a sentirte de la familia, de ahí que ante cualquier adversidad que te presentaba la vida nosotros la sentíamos, no tan directamente como tú, pero si que nos hubiese gustado podido acompañar en muchos duros momentos que has tenido que pasar, desde lesiones, de las que has salido siempre bien, en tiempo record, ya que no sabias estar parado, hasta el día en que perdiste a alguien tan importante en tu vida como tú padre, aún recuerdo aquella noche, y como me sentí al leer aquella noticia y saber que era imposible que pudieses recibir el apoyo que me hubiese gustado mandarte.

Te he visto caer y levantarte con más fuerza aún, forzar recuperaciones para poder ayudar al equipo a seguir acumulando victorias, a seguir haciendo historia, has sido el ejemplo de muchos jóvenes, no sólo los que han querido dedicarse al mundo del futbol, sino a cualquier otra profesión, ya que siempre nos has enseñado que con esfuerzo, entrega y pena dedicación se puede lograr todo lo que se desee.

Muchas copas levantadas, dos de ellas en especial:
La primera, el 17 de mayo de 2006, París, la segunda que lograba el equipo y en la que sufrí y lloré de alegría junto a alguien muy especial, mi abuelo, al que perdí dos años más tarde sin poder ver a su amado Barça ganarlo todo, ver en su ojos las lagrimas de emoción, los gritos de felicidad, saltar del sofá y saber que una de las cosas que más feliz le hizo esa noche fue poder compartirlo conmigo, es algo que nunca olvidaré, y todo os lo debo a vosotros.




La segunda, el 28 de mayo de 2011, Wembley, lugar mágico para el barcelonismo. Ese gesto con Abidal emoción a mundo, aún hoy cuando recuerdo ese momento mis ojos se humedecen, pues es algo que poca gente hubiese hecho, era algo que sólo podía hacer un verdadero capitán como tú. 



En el futuro puedo decir que he tenido la suerte de verte de cerca, ya que en el año 2009 pude disfrutar de una semana de vacaciones en Barcelona, dónde acudí con mis amigas varias veces a la ciudad deportiva y logré algo mil veces soñado, una firma tuya, falto la foto, pero no se puede tener todo en la vida. Pude disfrutar desde Barcelona de la victoria ante el At. Bilbao en la final de copa del Rey y acudir un día después al Camp Nou a recibir a los campeones, algo que nunca hubiese imaginado poder hacer.


Existen otros muchísimos momentos más para el recuerdo, como ese golazo al Real Madrid en el siempre recordado 2-6 en el Bernabeu

O uno de los más importantes goles que has marcado, el que nos dío el paso a la final del mundial en 2010, tu cabezazo nos ayudó a aplastar a Alemania para luego hacer historia.


Todos sabíamos que el momento de la despedida podía llegar en cualquier momento, pero es algo para lo que no se está preparado. Será difícil la próxima temporada ver un partido sabiendo que no están en el campo o en el banquillo, que no volveremos a verte de azulgrana. Te has ganado el respeto de todo el mundo, aficionados de todos los equipos, jugadores rivales, sólo había que mirar ayer las redes sociales y ver con que respeto y admiración te enviaban mensajes de cariño, no creo que haya muchos que puedan lograr eso.

Para despedirme, sólo decir, que dudo que exista algún jugador digno de lucir el número 5 a su espalda como tú lo has hecho, que somos muchos los que pedimos que sea retirado, porque tú eres el único merecedor de llevar ese dorsal.

Has sido nuestro capitán, y aunque te vayas seguirás siéndolo por siempre, porque el cariño de todos es eterno, como eterna será tu leyenda.


Que tu futuro esté lleno de felicidad, a mi sólo me queda agradecerte todos estos años.