Muchas
veces nos preguntamos por que es difícil explicar con palabras lo que sentimos,
deseamos o anhelamos, incluso yo, que siempre me he caracterizado por saber
como expresar lo que sentía, hoy me encuentro perdida, sin saber que decir,
como hacerle ver que es ‘él’.
Es fácil
y sencillo imaginar ese momento, esa conversación en la que por fin pueda
liberarme de este peso, desahogarme y sentirme tranquila, el momento de
confirma esa verdad que callo en mis adentros, pero entonces esa magia en mi
mente se vuelve pesadilla, todo comienza a oscurecerse y la verdad que proviene
del otro lado no es la que yo desearía, y es en ese preciso instante cuando
decido que el silencio es mi mejor compañía.
Sólo me
quedan los sueños, ese lugar que solamente me pertenece a mí, dónde poder
sentirme feliz, dónde encontrar eso que busco, dónde poder tener lo que deseo y
quiero. Un lugar mágico, en el que todo se cumple, en el que la libertad
predomina sobre todas otras cosas y en el que encontraré jamás oscuridad, nubes
grises o noches sin luna…
Siempre
le aconsejo a todo el mundo que en la vida lo mejor que tenemos es la
sinceridad, que hay que sincerarse con el resto y con nosotros mismos pero hoy
he de deciros que me he dado cuenta que eso no es tan fácil, que es lo más
complicado que nos podemos encontrar, porque las palabras no salen, por el
miedo que nos invade, por el temor a que no guste lo que digamos…