Tras
varios días de especulaciones sobre tu futuro ayer nos confirmaste lo que ningún
culé quería escuchar, que dejas de ser jugador del Barça, sé que aún nos quedan
unos meses para seguir disfrutando contigo, pero se hace duro y triste un
futuro sin ti, sin verte lucir el traje, que como bien dijiste, es el que mejor
te sienta, con el escudo del Barça en el corazón, ese corazón que siempre ha
defendido los colores que muchos amamos y que también se ha preocupado de cosas
ajenas al futbol, como ayudar a quien lo necesitaba sin hacer publicidad de
ello.
Tengo
29 años, he crecido contigo, a cada partido. Los mejores momentos de mi vida
los he pasado frente a un televisor viéndote jugar, ya que la distancia entre
Granada y Barcelona hacía imposible cumplir el sueño de ir al Camp Nou a
disfrutar de cada encuentro.
Has
llegado a formar parte de mucha gente, algunos hemos llegado a sentirte de la
familia, de ahí que ante cualquier adversidad que te presentaba la vida
nosotros la sentíamos, no tan directamente como tú, pero si que nos hubiese
gustado podido acompañar en muchos duros momentos que has tenido que pasar,
desde lesiones, de las que has salido siempre bien, en tiempo record, ya que no
sabias estar parado, hasta el día en que perdiste a alguien tan importante en
tu vida como tú padre, aún recuerdo aquella noche, y como me sentí al leer
aquella noticia y saber que era imposible que pudieses recibir el apoyo que me
hubiese gustado mandarte.
Te he
visto caer y levantarte con más fuerza aún, forzar recuperaciones para poder
ayudar al equipo a seguir acumulando victorias, a seguir haciendo historia, has
sido el ejemplo de muchos jóvenes, no sólo los que han querido dedicarse al
mundo del futbol, sino a cualquier otra profesión, ya que siempre nos has
enseñado que con esfuerzo, entrega y pena dedicación se puede lograr todo lo
que se desee.
Muchas
copas levantadas, dos de ellas en especial:
La
primera, el 17 de mayo de 2006, París, la segunda que lograba el equipo y en la
que sufrí y lloré de alegría junto a alguien muy especial, mi abuelo, al que
perdí dos años más tarde sin poder ver a su amado Barça ganarlo todo, ver en su
ojos las lagrimas de emoción, los gritos de felicidad, saltar del sofá y saber que
una de las cosas que más feliz le hizo esa noche fue poder compartirlo conmigo,
es algo que nunca olvidaré, y todo os lo debo a vosotros.
La
segunda, el 28 de mayo de 2011, Wembley, lugar mágico para el barcelonismo. Ese
gesto con Abidal emoción a mundo, aún hoy cuando recuerdo ese momento mis ojos
se humedecen, pues es algo que poca gente hubiese hecho, era algo que sólo podía
hacer un verdadero capitán como tú.
En el
futuro puedo decir que he tenido la suerte de verte de cerca, ya que en el año
2009 pude disfrutar de una semana de vacaciones en Barcelona, dónde acudí con
mis amigas varias veces a la ciudad deportiva y logré algo mil veces soñado,
una firma tuya, falto la foto, pero no se puede tener todo en la vida. Pude
disfrutar desde Barcelona de la victoria ante el At. Bilbao en la final de copa
del Rey y acudir un día después al Camp Nou a recibir a los campeones, algo que
nunca hubiese imaginado poder hacer.
Existen otros muchísimos momentos más para el recuerdo, como ese golazo al Real Madrid en el siempre recordado 2-6 en el Bernabeu
O uno de los más importantes goles que has marcado, el que nos dío el paso a la final del mundial en 2010, tu cabezazo nos ayudó a aplastar a Alemania para luego hacer historia.
Todos sabíamos
que el momento de la despedida podía llegar en cualquier momento, pero es algo
para lo que no se está preparado. Será difícil la próxima temporada ver un
partido sabiendo que no están en el campo o en el banquillo, que no volveremos
a verte de azulgrana. Te has ganado el respeto de todo el mundo, aficionados de
todos los equipos, jugadores rivales, sólo había que mirar ayer las redes
sociales y ver con que respeto y admiración te enviaban mensajes de cariño, no
creo que haya muchos que puedan lograr eso.
Para
despedirme, sólo decir, que dudo que exista algún jugador digno de lucir el número
5 a su espalda como tú lo has hecho, que somos muchos los que pedimos que sea
retirado, porque tú eres el único merecedor de llevar ese dorsal.
Has
sido nuestro capitán, y aunque te vayas seguirás siéndolo por siempre, porque
el cariño de todos es eterno, como eterna será tu leyenda.
Que tu
futuro esté lleno de felicidad, a mi sólo me queda agradecerte todos estos
años.