domingo, 3 de junio de 2012

Abuelo...


Día duro y difícil, en el que no me gustaría estar escribiendo estas líneas, pero por culpa del cruel destino aquí me encuentro, buscando las palabras adecuadas para ofrecerte en esta cruel fecha.

Hoy se cumplen 4 años de tu despedida, de esa marcha en contra de tu deseo, porque jamás he conocido a nadie con más ganas de vivir que tú, que a tu edad tenías una vitalidad que era envidiada por los más jóvenes, y esa sonrisa siempre presente en tu rostro alegraba el corazón de los que te rodeaban.

A la vida le agradezco los años que me permitió vivir junto a ti, nuestros paseos, juegos y cuentos que nos contabas cuando no éramos más que unos niños. Me mostraste que la vida no era sólo lo que nos enseñaban en la escuela, que todo lo que me rodeaba, los campos, parques….también formaba parte de mí.

Además de esto, como olvidar nuestros momentos futboleros, sentados en el sofá, sufriendo a cada partido de nuestro Fc. Barcelona, y también disfrutando de sus victorias, o la última Eurocopa que vivimos juntos, y en la que como siempre España volvió a caer eliminada, y tu te marchaste menos de un mes antes de que nuestra selección consiguiese ser campeona de la Euro, no la has podido ver ganar un mundial, y yo no he podido compartir contigo estos últimos cuatro años de triunfos, tanto de la selección como del barça…

Toda la familia quedó destrozada por la tristeza ese 3 de junio de 2008, nos arrebataron de nuestro lado una pieza fundamental para seguir avanzando, pero ese día también comprobé (aunque ya lo sabia) que eras querido por muchísima gente, puesto que a lo largo de tu vida te ganaste el respeto y admiración de todos los que se acercaban a ti, ver tal cantidad de gente acercarse a despedirte, escuchar como me decían ‘Que gran persona era tu abuelo’, ‘Siéntete orgullosa de él siempre’, para mí era algo maravilloso, ojala yo pueda ser la mitad de lo que tú fuiste.

No voy a alargarme más, puesto que lo que intento reflejar de ti no va a ser mejor por escribir un texto más largo, además la gente que te conoce sabe de tu grandeza.

Me despido, sabiendo que nunca voy a olvidarte, y sintiendo cada día más orgullo de poder haber formado parte de tu vida, y saber que llevo algo de ti en mi interior.

Te quiero abuelo y siempre te recordare y echare de menos, con tu partida en el cielo se apagó una gran estrella, pero siempre brillará en mi corazón.