domingo, 13 de junio de 2021

Volar alto

 

Después de unas semanas de desconexión, hoy regresamos a este blog para hablar de algo que nos a roto el corazón a todos.


Mientras las asociaciones feministas y ciertos grupos políticos se están centrando en condenar el asesinato de las pequeñas hermanas Olivia y Anna de 6 y 1 años respectivamente, yo quiero hacer extensible esta repulsa al asesinato el pasado 31 de mayo de la pequeña Yaiza de tan solo 4 añitos, y del que nadie se ha hecho eco.


Veo muy bien que luchemos por la igualdad, que queramos erradicar el machismo de la sociedad y que se pelee por el fin de la violencia en el ámbito familiar, y sí, he dicho ámbito familiar, porque victimas de este tipo de violencia hay muchas, hombres, mujeres y lo que es peor, niños. Como decía, veo bien que se creen movimientos para luchar por ésto, pero creo que a veces llegamos a puntos en los que mezclamos las cosas.


Olivia y Anna desaparecieron y perdieron la vida a manos de su padre el pasado 27 de Abril, día en el que éste debería habérselas devuelto a su madre después de pasar el día con ellas. Este horrible crimen vino provocado por los celos del que debería haberlas protegido, su padre, pero éste no soportaba que la madre hubiese rehecho su vida con otro hombre y decidió matar a esta madre en vida, robandole su tesoro más preciado, esas dos niñas inocentes.


Durante más de un mes la familia ha mantenido la esperanza de que su padre las hubiese raptado y con ellas hubiese viajado a un país extranjero, por su mente no pasaba este cruel desenlace.


Tras encontrar el cuerpo de la pequeña Olivia, comenzaron a llegar los mensajes de repulsa, de famosos, políticos y la convocatoría de manifestaciones promovida por las asociaciones feministas al grito de ‘ni una más’, ‘stopmachismo’….


Yaiza, era una pequeña e inocente niña de 4 años, cuyos padres también se habían separado, y cuya madre solo pensaba en volver a retomar la relación con el padre de la niña, chantajeando a éste. Al ver que no conseguía lo que ella deseaba, orquestó un plan macabro, le suministró a su hija pastillas para dormir, con la intención de acabar con su vida, pero al despertar a la mañana siguiente se dio cuenta, que aunque la pequeña no se despertaba, aún respiraba, fue en ese momento en el que decidió asfixiarla con una bolsa de plástico. Cuándo fue preguntada del motivo que le llevó a cometer este crimen, su respuesta fue “Lo hice por cuestiones relacionadas con mi ex pareja”. Pero en este caso, ni medios de comunicación, ni famosos, ni políticos, y mucho menos, las asociaciones feministas se han hecho eco, nadie ha condenado este horrible asesinato.


Ambos casos son deleznables, son dos personas sin alma, sin sentimientos, pero ante esta moda que existe en nuestra sociedad a día de hoy, en la que todo lo mezclamos con violencia de genero y machismo, nos olvidamos de lo que realmente importa, esos niños inocentes que se ven involucrados en problemas de adultos y que en situaciones como éstas, acaban perdiendo la vida a mano de las personas que deberían cuidar de ellos. Esto no tiene nada que ver con machismo, son asesinos, son basura.


Me gustaría que todos aquellos que han salido a la calle contra el asesinado de Olivia y Anna, poniéndose en la piel de su madre y el sufrimiento que ésta debe estar pasando, que se pongan la mano en el pecho y piensen por un momento en el padre y la familia de Yaiza y en su sufrimiento, y además que piensen como deben sentirse al ver que para la sociedad la muerte de su hija es menos importante que las de Olivia y Anna. ¿Por qué un crimen vale menos que otro? ¿No vale lo mismo la vida de un niño asesinado por su padre que la de uno asesinado por su madre?


Desde mi pequeño blog, yo mando mi cariño y fuerza a ambas familias. Son momentos duros de los que jamás se podrán llegar a recuperar, porque la perdida de un hijo es lo peor que puede pasarla a un padre.


Siempre condenaré este tipo de crímenes, sean a manos de quien sean.


Olivia, Anna y Yaiza, volar alto, pequeños ángeles.